MATERIA INDIVISIBLE
Mi cicatriz madura se desgrana
toda vez que desgarro el sueño más profundo
donde siempre regreso
a la desmesurada corza de tus labios.
Allí, donde no somos ya dos seres distintos,
sino materia única,
indivisible núcleo, previo a toda conciencia
de las formas que impiden la más pura unidad.
Como la tierra abierta en esos días
en que se hacen visibles
las implacables líneas divisorias,
mi cicatriz exhala entre mi frente
el aroma de flores que no se creen marchitas.