Tras mi estudios me instalé en El Puerto de Santa María (Cádiz) desde donde trabajé para una editorial como traductora literaria. En la Fundación Alberti conocí a Jorge de Arco, sin cuya guía no podría haber dado el salto a la composición de mi primer poemario, Letras de tierra, que obtuvo el premio El Ermitaño. En esa época también obtuve el premio de Los Palacios y Villafranca por la colección de poemas Materia Viva y pude publicar en diversas antologías y participar en recitales de la Fundación Bonald, entre otros.
Aunque seguí escribiendo poesía, siempre tuve una gran inquietud por adentrarme en la narrativa. Por ello realicé el Itinerario de Novela de la Escuela de Escritores de Madrid, un curso de 3 años donde pude aprender técnicas literarias y redactar mi primera novela bajo la tutoría del novelista Juan José Gómez Bárcena. No obstante, aquella primera obra carecía de madurez y me lancé a escribir otra, que actualmente se encuentra en fase de revisión.
Como traductora literaria he seguido trabajando para distintas editoriales y revistas y en la actualidad estoy terminando la traducción de un poemario para la Editorial Pre-Textos. Me interesa mucho la relación entre la escritura creativa y la acción social, tema que estoy investigando en el doctorado que curso en la ULPGC, donde también soy profesora y donde utilizo técnicas de escritura creativa para enseñar comunicación oral y escrita en inglés.